sábado, 1 de diciembre de 2012

Capítulo 16

CAMILA: La nueva veterinaria... Mucho gusto, Camila Monterde de Diaz Acosta, esposa de Daniel Diaz Acosta
VALENTINA: Si, lo sé, Daniel ya me lo había comentado
CAMILA: Con qué Daniel te dijo...
DANIEL: Si
CAMILA: ¿Me permites un momento a solas con Daniel?
VALENTINA: Si claro, con permiso (se aleja un poco)
CAMILA: ¿Me explicas como es que esta tipa llegó al rancho?
DANIEL: Yo la contacté, me pediste que me encargara de conseguir un veterinario, Rafa lo hizo y el que él contactó fue Luis, yo me encargué de buscar a otro y ella era una de las mejores
CAMILA: Ahhh, ¿y por eso te tiene tanta confianza y te llama Daniel?
DANIEL: Pero si así me llamo, Camila, ¿cómo quieres que me diga?
CAMILA: Con respeto, no lleva un día aquí y ya tiene mucha confianza contigo
DANIEL: Camila, no empecemos con esto de nuevo
CAMILA: Es que tú mismo haces que volvamos a lo mismo
DANIEL: Es que nada, controlate, relajate, respira
CAMILA: Me voy a la casa, cuando dejes de hablar con esa nos vemos (se va)

Valentina, al ver que Camila se iba enojada, se desconcertó, no pensó que su presencia molestara tanto, se acercó a Daniel y lo vió también raro

VALENTINA: Ehhh... ¿Sucede algo, Daniel?
DANIEL: No, para nada
VALENTINA: Me pareció que no le caí muy bien a tu esposa
DANIEL: No, no es eso, es otra cosa
VALENTINA: A mi no me tienes que mentir, se prefectamente como somos las mujeres y estoy completamente segura de que ella está enojada
DANIEL: De verdad, no es por eso, pero bueno, sigamos conociendo la Mal Querida
VALENTINA: (lo detiene) De verdad, si voy a ocasionar problema, no quiero estar aquí
DANIEL: Despreocupate, no fue por ti, vamos 

Camila entró a la cabaña y se puso a esperar a Daniel, estaba casi maldiciendo al mismo cielo, estaba segura que esa muchacha traería problema, tanto como laboral como lo personal

CAMILA: Y él todavía deja que le diga Daniel, como si lo conociera de toda la vida, es que a Daniel no se le podía ocurrir algo peor

Al rato, Daniel y la nueva veterinaria iban caminando por la entrada de la cabaña y cuando ella iba a entrar el se puso en medio

VALENTINA: ¿Qué pasa?
DANIEL: No puedes entrar
VALENTINA: ¿Por?

Camila estaba en la pequeña sala de la cabaña, así que escuchó todo, decidió salir y poner a "esa" en su lugar

VALENTINA: A ver, Daniel, ¿por qué?
CAMILA: (abre la puerta) Porque aquí estoy yo, porque aquí vivo yo y nadie más que Daniel, puede entrar en este lugar
DANIEL: Lo mismo
VALENTINA: Bueno, perdón, de verdad me dió curiosidad, no era para que te pusieras así
CAMILA: Aquí, tú, obedeces, no cuestionas, ¿entendido?
VALENTINA: Si, Cami...
CAMILA: Otra cosa, a mi no me hablas de tú, no te tengo la confianza suficiente para que me hables como si me conocieras de toda la vida 
VALENTINA: Como usted diga
DANIEL: Camila, creo que estas exagerando un poco
CAMILA: No, Daniel, para nada, aquí ni mis trabajadores mas antiguos me hablan de tú, así que no digas nada. Valentina, empiezas mañana a las siete de la mañana a trabajar, te puedes ir a tu casa, adios, chao, good bye
VALENTINA: Hasta mañana...

Valentina, se fue y Camila y Daniel entraron a la cabaña, se miraron de frente y se quedaron totalmente en silencio hasta que Camila decidió hablar

CAMILA: Entonces Valentina, ya te dice Daniel...
DANIEL: Yo mismo se lo permití, no tenías que tratarla así
CAMILA: Yo trato a la gente como lo merece, y esa muchacha merece ese trato, no vengas de protector
DANIEL: No es protector, es que la gente merece que la traten como gente, no como los mismos animales, te pasaste de grosera, esa muchacha lo único que tiene es voluntad para trabajar y por eso se aguantó tus malos tratos
CAMILA: Nada, Daniel, esa mujer tiene algo que no me gusta y mi sexto sentido nunca falla 
DANIEL: Mi amor, yo no le veo nada malo a Valentina, al contrario (se rie)
CAMILA: Eres un tonto, ¡Hombre tenias que ser! Sabes contigo no se puede hablar, mejor vete a ver todo lo BUENO que tiene esa mujercita
DANIEL: Camila, no te enojes era una broma (Se acerca para besarla)
CAMILA: (corre la cara) ¡No me toques! Busca con quien dormir, tal vez con Maja, porque conmigo no lo harás (sale de la cabaña y da un portazo)
DANIEL: (sale y la empieza a perseguir) A ver, ¿cómo que dormir con Maja?
CAMILA: ¡Así como lo escuchas! En mí recámara no te quiero ver ni un cabello
DANIEL: ¿Es en serio?
CAMILA: (se queda seria) ¿Me ves riendo?
DANIEL: A ver, Camila, tampoco la cosa es así
CAMILA: Pues sí, y ya sabes, no te quiero ver en mí habitación (empieza a caminar)
DANIEL: Pero...
CAMILA: Nada, te aguantas (entra a la casa)

Daniel entro a la cabaña y de repente salió Maja de la habitación principal

DANIEL: Pues bueno, hoy me tocará dormir contigo, Maja

Valentina, una mujer de veintisiete años, una mujer completamente hermosa, un bellisimo cabello color chocolate, piel blanca, ojos color café, no muy alta pero con un cuerpo muy bien formado. Valentina es una vieja amiga de Luis, tenía casi un mes y medio de haber llegado de España, llevaban tiempo comunicándose y de esa manera ella estaba al tanto de la situación, llego a la habitación del hotel de Luis y entró directamente y le dió un beso en los labios, ambos tenían una "relación" informal, eran "pareja" pero se daban "la libertad" de andar con quien quisieran, acostarse con quien quisieran, en fin, no tenían algo serio

LUIS: ¿Cómo te fué?
VALENTINA: Para tí, de maravilla, para mí, de lo peor, dejame decirte que tu amada Camila es la amargura echa carne humana
LUIS: Una mujer no nada fácil, igual que como me encantan

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