sábado, 1 de diciembre de 2012

Capítulo 14

Al rato, en recamaras diferentes, estaban dos cuerpos completamente sudados y agotados por tanta pasión desenfrenada. Después de descansar un poco, Camila y Daniel conversaron sobre salir esa noche para enseñarles el pueblo a Renata y a Jerónimo, estos dos, no dudaron en aceptar, además irían a bailar a un antro para divertirse un poco, Agustina se ofreció inmediatamente a cuidar a los pequeños mientras ellos salían. Llegadas las nueve la noche, Renata y Jerónimo, estaban en su recamara, se terminaban de arreglar y Camila y Daniel igual, de repente, se abrió la puerta de la recamara principal, era la pequeña Daniela, iba ya con su pijama color rosa y su cobija rosa preferida

DANIELA: ¡Papi, telo dodmid tontigo!
DANIEL: (voltea a verla) ¿Qué?
DANIELA: Telo dodmid tontigo
CAMILA: (se le acerca) Princesa, pero mamá y papá van a salir, no podemos dormir contigo
DANIELA: (haciendo puchero) Yo tiedo dodmid con mi papi
DANIEL: Te acompaño a dormirte y después me voy, ¿sí?
DANIELA: (gritando) ¡No, yo tiedo que duedmas tonmigo!
CAMILA: Daniela, dejas la grosería que tienes, me haces el favor
DANIELA: ¡Tiedo a mi papi! ¡Tiedo a mi papi!
DANIEL: Deja y vamos a dormir, espérame en tu cuarto (la pequeña obedece y sale)
CAMILA: ¿Me explicas que significa todo eso? (notablemente enojada con la actitud berrinchuda de su hija)
DANIEL: Voy a dormirla, tranquila
CAMILA: Daniel, Jerónimo y Renata no tardan en salir y decirme que ya están listos
DANIEL: No tardaré mucho, te lo aseguro (sale)
CAMILA: ¡Qué raro el consintiendo a su hija!

Daniel entró a la recamara y vio a su hija acostada en su cama esperándolo, la niña ya estaba arropada y abrazada a su peluche, vio hacia el otro lado y vio a su otra hija completamente dormida

DANIEL: A ver princesa (ella le hace un campo en su cama y él se recuesta) ¿Quieres que te lea un cuento?
DANIELA: Shi, el de una pincesa y un pincipe

‘‘Daniel empezó a contarle la historia de una princesa que vivía en un castillo, junto a su mama y su tío, el rey. Ella estaba comprometida con un caballero que solo quería convertirla en su mujer para hacerle daño y despojarla de su trono, cuando se casaron el empezó a portarse mal con ella, la maltrataba, le gritaba y demás cosas. Al pasar los días, la princesa estaba cansada de que su esposo fuera tan malo con ella, así que tomó la decisión de separarse de él para poder ser feliz al lado de algún otro hombre que la valorara. Un día, mientras la princesa iba caminando por el pueblo, se topo con un trabajador, ella se enamoro inmediatamente de él, ya lo amaba demasiado, el en cambio quería que ella sufriera, porque por su culpa su familia se había destruido. Ese trabajador, que quiera hacer sufrir a la indefensa princesa, estaba ya de novio con ella, le hacía creer que la amaba, pero todo eso a pesar de su rencor, era cierto, el trabajador estaba enamorado de la princesa y un día mientras merodeaba por el castillo, descubrió al malvado esposo de la princesa, escucho como decía que quería destruir a ese pueblo, fue cuando el descubrió que su princesa era inocente, pero era tarde, debía confesarle toda la verdad a la princesa. Cuando lo hizo, ella se sintió muy mal porque su gran amor la había traicionado, le dijo que no lo quería ver nunca más, que se fuera lejos de ella. Así fue, el humilde trabajador le escribió una carta diciéndole que se iría del pueblo para que fuera feliz, cuando ella leyó el escrito, salió del castillo y empezó a buscar por el pequeño pueblo a ese humilde trabajador. Al encontrarlo, le confesó su amor y que aunque le doliera que él la hubiera lastimado, no podía ocultar que lo seguía amando. Así fue, como el esposo malvado de la princesa termino vendiendo papas en el pueblo y el humilde trabajador se caso con su bella princesa y tuvieron cuatro hijos’’

Para el momento en que Daniel termino de contarle la historia a su pequeña hija, Daniel ya estaba profundamente dormida, sin soltar a su peluche, se quedo profundamente dormida. Daniel salió y se dirigió a la sala en donde estaban ya todos esperándolo

CAMILA: ¡Al fin bajas!
DANIEL: Ya se quedo dormida
JERONIMO: Bueno, ahora si nos podremos ir

Camila se levanto del asiento, tomo su abrigo y salió enojada en dirección del carro, llevaba puesto un vestido negro, totalmente pegado a su cuerpo, llegaba mucho más arriba de sus rodillas y llevaba también unos tacones del mismo color del vestido. Renata, en cambio llevaba un vestido vinotinto, también moldeado a su figura, un poco más arriba de sus rodillas, no tanto como el de Camila. Los hombres por su parte, llevaban una simple camisa, Daniel una blanca y Jerónimo una del mismo tono con rayas azules

Se subieron todos en el auto y después de un trayecto más o menos largo, llegaron a un antro en el pueblo. Inmediatamente se ubicaron en una mesa los cuatro y después de unos cuantos tragos, Renata y Jerónimo fueron a la pista a bailar. Daniel, por el contario, aprovecho que estaban solos para hablar

DANIEL: ¿Me dices que te pasa?
CAMILA: (lo mira) ¿Y todavía lo preguntas? ¿Qué no es lógico?
DANIEL: No, no sé, por eso te pregunto
CAMILA: Me pasa, que no salimos nunca y cuando lo vamos a hacer, llega Daniela y la empiezas a consentir más de lo que ya la consientes
DANIEL: Mi amor, la niña solo quería dormir conmigo y ya viste que no fue necesario
CAMILA: De todas maneras, Daniel, tu hija tampoco puede estar manipulándote con cada berrinche que quiera hacer, un día de estos me sacara a mí de la recamara para irse a dormir ella
DANIEL: Exageras Camila, sabes que a Daniela la consiento igual que a Ximena, Agata y Camilo, así que no veo el problema el que me haya quedado hasta que la niña se durmiera
CAMILA: Ya mejor ni hable, lo único que harás es que me enoje mas con esa actitud consentidora que tienes para con ella, Daniel harás que tu hija sea una mal criada, que todo sea ella, ella, ella y nadie más que ella, creo que a Daniela, la debimos haber llamado Ximena, es idéntica a ella
DANIEL: Mira, disfrutemos hoy de la noche, mañana cuando estemos más calmados, serenos, hablamos, ¿sí? Disfrutemos de este día que tenemos para disfrutarnos

Daniel le sonrió a Camila y ella no pudo negarse, se levantaron y se dirigieron a la pista para bailar un buen rato. Renata y Jerónimo, mientras bailaban no dejaban de besarse y acariciarse, nada pasaba a más, sabían que estaban en un lugar público y serio inadecuado hacer eso, Camila y Daniel tampoco se quedaban atrás, estaban bastante pegados, sin dejar de bailar se besaban con mucha lujuria 

Entradas ya casi las tres de la mañana y con algunos tragos de más por parte de las mujeres, se fueron al rancho. Al llegar, Jerónimo tuvo que sostener a Renata que por la altura de los zapatos y las copas pasadas casi se cae, el alzo y subieron a la casa. En cambio, Camila estaba perfecta, iba caminando mientras que Daniel la agarraba de la cintura para evitar que también se fuera a caer

Cuando cada pareja estaba en su recamara, las mujeres tomaron el control de todo, tanto Camila como Renata, cerraron la puerta de su habitación con candado, cada una hizo que su hombre se acostara en la cama, al tenerlos así, ambas mujeres, en sus distintas recamara, se subieron encima de sus maridos y como si sus acciones estuvieran coordinadas todas sus acciones, a la misma vez dijeron

RENATA-CAMILA: Te voy a hacer, lo que tenía ganas de hacerte, desde que estábamos en el antro (le da un beso)

1 comentario:

  1. Omg! La ultima linea es de la vendimia! Como olvidarlo... :) bonitos recuerdos

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