sábado, 13 de octubre de 2012

Capitulo 21

Al rato, Camila recién despertaba, estaba en brazos de Daniel que no dejaba de acariciarle el cabello y darle besos en la frente

CAMILA: Ya me quiero ir a la Mal Querida no me gusta estar aquí encerrada
DANIEL: Es hasta mañana, mi preciosa
CAMILA: Pues sí, no hay de otra, ¿Vino mi mama a verme?
DANIEL. Si, te vino a visitar pero estabas tan dormida que no se quiso quedar, por cierto, me dijo que se quería divorciar de Dionisio, le dije lo que te había echo ese hombre
CAMILA: Daniel, ¿cómo que le dijiste a mi mama? ¿Ves por eso no te quería decir? ¿Si Dionisio le hace algo a mi mama? (preocupada)
DANIEL: No le va a hacer nada, vi a tu mama muy decidida y si ese hombre quiere estar contigo no veo por qué no se va a querer separar de ella
CAMILA: Hay no se Daniel, ya ves que él me dijo que nosotros nos tenemos que separar.
DANIEL: Por lo mismo, si él te quiere a ti, no va a dudar en divorciarse de tu mama, además, a Vivi se le ocurrió una gran idea
CAMILA: ¿Y qué idea se le ocurrió a mi amiga?
DANIEL: Dijo que si él te quería a ti, te iba a tener (ella lo mira raro) No me mal intérpretes, tendríamos que instalar unas cámaras y unas grabadoras para que todo se lleve a cabo, en el momento en el que tu decidieras decirle que sí, le tenías que hacer decir que él estaba detrás de lo de los fondos de retiro, así podemos llevar el video a la delegación y tu mama no pise la cárcel
CAMILA: Ahhh, creí que en verdad estaría con Dionisio, pues si, si esto es para ayudar a mi mama, pienso arriesgarme, ¿cuándo lo vamos hacer?
DANIEL: Tendríamos que instalar todo en el despacho para poder tener todas las evidencias y también esperar a que tú y los bebes estén bien, no quiero que al estar con ese hombre te vaya a dar una puntada
CAMILA: Ok, como tú digas amor, ¿sabes algo de tu hija?
DANIEL: No, el teléfono lo deje en el despacho del rancho y no me he querido mover de aquí
CAMILA: Si quieres ir a verla puedes hacerlo o mañana vamos los dos juntos. Gracias por estar cerca de mí y de nuestros hijos.
DANIEL: Mas tarde le pido a la enfermera que llame para preguntar cómo sigue y ya mañana vamos los dos (la mira) No me tienes que agradecer nada, después de lo que hice preferí quedarme aquí con ustedes que son mi razón de ser
CAMILA: (ella lo mira con ternura) Amor, sé que mi actitud estuvo mal, es que pensar que me dejarías (suspira) Mejor cambiemos de tema, tenemos que empezar con los nombres para nuestros bebes
DANIEL: (se acomoda un poco) A ver, ¿¿cuáles te gustarían a ti para niña?
CAMILA: Daniela, Sofía, Aimie, Alexandra ¿a ti hermoso?
DANIEL: Para niño… Camilo, Luis…
CAMILA: Pero nos falta uno, son tres bebitos
DANIEL: Si es niño que no se llame Daniel, hay muchos Daniel en la familia Monterde, mejor si es niña que se llame Ximena, como la tía
CAMILA: Me gusta Ximena ¡No sabes las ansias que tengo de que ya sepamos que van a ser y mucho mas de que nazcan!
DANIEL: Sé que a pesar de todo, quisiste y quieres a tu hermana. ¿Te imaginas que todas sean niñas? Si salen iguales a ti, me volveré loco
CAMILA: (se ríe) ¿Loco? ¡Ahhh, ya sé porque! Vas a tener que andar de guardaespaldas de las cuatro, bueno de las cinco. Pues yo quiero un varoncito, por lo menos así saca la sonrisa hermosa de su papa.
DANIEL: ¿Cuándo podremos saber el sexo de los bebes?
CAMILA: En el próximo mes dijo el ginecólogo porque todavía son muy chiquitos
DANIEL: Esperemos que el próximo mes, sepamos que serán nuestros bebes pero por ahora me conformo con tenerlos aquí junto a mí y sanos
CAMILA: Si, así ya le podemos comprar sus cositas...
DANIEL: Si quieres, mañana que salgas de aquí, vamos y compramos ciertas cosas para ellos, ¿quieres?
CAMILA: ¡Si claro que quiero ir!
DANIEL: Perfecto, mañana cuando salgamos, nos vamos a comprar las cosas

Al día siguiente, eran casi las once de la mañana y Dionisio estaba muy contento en su casa, todo estaba saliendo a la perfección, el hecho de que la misma Agustina hubiera querido divorciarse le ayudaba más en sus planes de estar con Camila a su merced, tomo el teléfono y le marco a uno de sus trabajadores, necesitaba contactar lo más pronto posible un abogado y acabar con ese ‘‘matrimonio’’

DIONISIO: Buenos días, por favor con Edmundo…
EDMUNDO: Soy yo, señor Dionisio, ¿se le ofrece algo?
DIONISIO: Si, necesito que me consigas un buen abogado, necesito divorciarme lo antes posible de Agustina
EDMUNDO: Tengo una gran amiga mía, es una gran abogada, me comunico con ella y en un minuto le doy la respuesta de ella
DIONISIO: Has lo que sea para convencerla, ofrécele lo que sea necesario, si acepta, dile de una vez que vaya a la Mal Querida
EDMUNDO: Como usted diga señor (cuelga y busca una libreta) ¿Dónde estás Jacqueline?

En la Mal Querida, Camila y Daniel ya estaban en la hacienda, estaban reunidos en la sala junto a Agustina y Dante que se había enterado que pronto operarían a Miriam y quería estar cerca de ella en esos momentos, de repente entra Eleuterio un poco agitado

ELEUTERIO: Perdón que entre así, pero la están buscando
AGUSTINA: ¿A mí? ¿No dijo quién era?
ELEUTERIO: No señora
CAMILA: Hazla pasar, Eleuterio
Eleuterio sale y cuando vuelve a entrar con una mujer muy guapa, alta, de cabello largo y negro intenso, ojos marrones y piel morena
JACQUELINE: Buenos días, disculpen que venga así, pero busco a la señora Agustina Santos de Ferrer
AGUSTINA: Soy yo, dígame, ¿Qué necesita?
JACQUELINE: Soy Jacqueline Otazo, vengo de parte del señor Dionisio Ferrer, soy su abogada
DANTE: (la miraba bien y parecía conocerla) ¿Jack?
JACQUELINE: ¿Dante? ¿Cómo estás?
DANTE: Muy bien, ¿pero qué haces aquí?
JACQUELINE: Llevo mucho tiempo viviendo en México y hace poco me vine del todo por estos lugares
DANIEL: Disculpa, ¿dices que Dionisio Ferrer te contrato?
JACQUELINE: Si, así es, vengo de parte de el
DANTE: Jack, no sé si te acuerdes de aquel hombre que te presente hace mucho en una fiesta de cumpleaños, Daniel Díaz Acosta
JACQUELINE: Por supuesto, pero el parece no acordarse de mi
DANIEL: La verdad es que no, casi no te recuerdo
JACQUELINE: Te entiendo, fue hace mucho que nos conocimos (le da un beso en la mejilla) aunque tú sigues igual de guapo
DANIEL: Te presento a mi esposa, Camila Monterde, hija de la señora Agustina
JACQUELINE: Un placer conocerla
CAMILA: Lo mismo digo
AGUSTINA: Disculpen que interrumpa este gran reencuentro, pero la señorita me vino a ver a mí, así que por favor pasemos al despacho
JACQUELINE: Tiene razón señora, vamos por favor (salen al despacho)
CAMILA: (lo mira enojada) ¿Así que sigues igual de guapo?

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